lunes, 15 de octubre de 2012

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Ensayo de los Tagaeri y Taromenane


ENSAYO DE LOS TAGAERI Y TAROMENANE

 

INTRODUCCION

Los Tagaeri y Taromenane son dos pueblos aborígenes no contactados de la Amazonía ecuatoriana, cuya misteriosa existencia, aislada del mundo, alimenta historias, fábulas y relatos de lo más profundo de la selva. Los pueblos indígenas de la  familia woadani, tagaeri, taromenane, y posiblemente otros grupos, son conocidos por sus hermanos woadani como Pueblos Libres, ya que en el uso de su autodeterminación han rehusado iniciar contacto con la sociedad dominante. Los Taromenane, un grupo cercano a los Huaorani, pero con características diferentes en el lenguaje y la forma de trabajar las casas y sus armas, estos dos pueblos han tenido encuentros bélicos unos cien años atrás. Los Taromenane están instalados en la frontera con el Perú, en zonas totalmente despobladas. Se sabe muy poco de los Taromenane, solo relatos antiguos de los Huaorani, donde los describen como guerreros tan rápidos como el jaguar y con unas armas precisas y muy grandes. Se desconoce el número de habitantes que forma cada uno de estos pueblos y, de hecho, algunos investigadores consideran que los Tagaeri desaparecieron, mientras que existen otros grupos desconocidos en la frontera con Perú. Sin embargo, esos dos pueblos son famosos por su bravura y por defender sus territorios con fiereza ante injerencias externas. Se  encontró un cadáver en 2005 con 35 lanzas clavadas, era un maderero ilegal. Con esto quieren probar algo, este es su lenguaje y su forma de decir que están hartos" de las amenazas de la llamada modernidad, explicó a Efe Miguel Ángel Cabodevilla, un misionero español que ha investigado desde hace 27 años a los pueblos no contactados en la Amazonía de Ecuador.

 

CONTENIDO

Los Tagaeri y los Taromenane viven de acuerdo a su cultura en sus territorios tradicionales, pero en una situación de extrema fragilidad debido a su vulnerabilidad, desprotección y asimetría frente al avance de la cultura occidental, que se ha traducido en la colonización de sus territorios, evangelización, comercio ilegal de madera, extracción de recursos naturales no renovables y otras actividades legales como el turismo y la investigación científica. Tagaeri es un nombre usado para designar al clan de Tagae, un guerrero Waorani que optó por el asilamiento. A uno o varios grupos cercanos culturalmente, con un idioma muy semejante y con un parentesco probablemente mucho más lejano, se los llama Taromenane. Estos grupos han sido víctimas de repetidas matanzas y actualmente las amenazas a su integridad física provienen de la intervención petrolera, el tráfico de madera y de animales, y las incursiones a sus territorios de militares, colonos, turistas, indígenas kichwas e incluso algunos Waorani enemistados con ellos. Según relatos los Tagaeri  pertenecen a una rama de la etnia huaorani que ha permanecido sin contacto con la civilización, y tras los hechos de noviembre, en enero de 2001 volvieron a mostrarse. Fueron vistos por un grupo de turistas a los que pretendieron atacar, cerca de la comunidad de Bataburo, aseguró Richard Ima, dirigente huaorani de la zona. "Al principio los extranjeros trataron de fotografiarlos creyendo que se trataba de huaoranis civilizados, pero al notar la violencia con la que se acercaron, los guías realizaron disparos al aire para evitar que los turistas sean lanceados", señaló el líder indígena. Ima agregó que han podido identificar a dos grupos de tagaeri, uno que ha sido avistado en ocasiones anteriores, que tiene como líder a Taga, y otro, que es comandado por Taromenalli; ambos grupos viven en bohíos que han sido ya localizados por los huaoranis de su comunidad, en las riberas de los ríos Cuchillacku, Tigüino y Bataburo, en la provincia de Pastaza. "Están armados con lanzas de hasta dos metros y medio de largo y con pelo hasta las caderas, que andan completamente desnudos y son muy temidos por su violencia ya que matan sin piedad", dijo Ima. La intención de Richard Ima, de localizar y civilizar a los pata colorada, fue rechazada por la Organización de la Nacionalidad Huaorani de la Amazonia Ecuatoriana (Onhae), con sede en Puyo. "No podemos prestarnos para que sean sometidos a la civilización del blanco, pues es el único grupo que conserva intactas nuestras tradiciones huaoranis ancestrales, que se perdieron con la evangelización del Instituto Lingüístico de Verano, entre 1957 y 1967", señaló Niwtza y culminó diciendo que los tagaeri se ven obligados a salir de su territorio ante el acoso de colonos, petroleras e indígenas de otras etnias.   Por el territorio que ocupan, las casas observadas y los indicios de su presencia, según testimonios de los propios Waorani, de madereros y petroleros, se calcula que constituyen una población de entre 80 y 300 personas. Muchos de los Waorani describen a los Taromenane como criaturas casi mitológicas, gigantes, parecidas pero diferentes. Se mantienen escondidos, inclusive cocinan en la noche para no ser avistados a causa del humo. No representan una amenaza para nadie, excepto para los intrusos que atentan contra su aislamiento. El Estado ecuatoriano ha garantizado los derechos de los pueblos indígenas, especialmente el derecho a mantener, desarrollar y fortalecer su identidad y sus tradiciones; a no ser desplazados de sus tierras; a sus ecosistemas, conocimientos y prácticas de medicina tradicional; a la protección de los lugares rituales y sagrados, plantas, animales, minerales y ecosistemas de interés vital. La Constitución, en su artículo 57, menciona por primera vez a los pueblos en aislamiento voluntario que habitan en el Yasuní: “Los territorios de los pueblos en aislamiento voluntario son de posesión ancestral irreductible e intangible, y en ellos estará vedada todo tipo de actividad extractiva. El Estado adoptará medidas para garantizar sus vidas, hacer respetar su autodeterminación y voluntad de permanecer en aislamiento, y precautelar la observancia de sus derechos. La violación de estos derechos constituirá delito de etnocidio, que será tipificado por la ley”. Mientras existan estos pueblos, se forjarán fábulas a su alrededor con las que se enriquece la milenaria cultura amazónica.


 

CONCLUSIONES

 

·         Los tagaeris y taromenanes han sido merecedores del nombre de Pueblos Libres, por tanto, deben de ser respetados. El Estado debe proveer las medidas necesarias para que, desde afuera de su territorio ancestral, se limiten las incursiones de extraños que sean una amenaza.

 

·         Ecuador tiene una selva amazónica con un tesoro ambiental, cultural e histórico fantástico que lo están exterminando".

viernes, 12 de octubre de 2012



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